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Campañas de prevención del suicidio busca conocer la opinión estudiantil y juvenil para fortalecerse

Conocer la percepción de adolescentes y jóvenes entre los 14 a 25 años sobre las campañas públicas con información fonos de auto ayuda para prevenir el suicidio fue uno de los objetivos de la jornada de capacitación y trabajo participativo convocado por la Mesa Intersectorial de Prevención del Suicidio, que impulsa la SEREMI de Salud de Arica y Parinacota, a través de los programas de Salud Mental y Salud Adolescente, junto a las diferentes entidades que forman parte de este instancia interinstitucional.

“Como Mesa Intersectorial necesitamos conocer como los jóvenes y adolescentes reciben y perciben las estrategias, campañas e información de fonos ayuda para la prevención del suicidio. Queremos rescatar los mecanismos más pertinentes para informar de la mejor manera, y para saber eso, estamos desarrollando un taller colaborativo junto al mundo estudiantil de los niveles primarios, secundarios y universitarios”, expresó la psicóloga del Programa de Salud Mental de la SEREMI de Salud de Arica y Parinacota, Marlyn López, quien también valoró la presencia de representantes de entidades de educación superior, docentes de establecimientos educacionales y profesionales de diversas instituciones que trabajan en la temática de prevención.

Desde la Mesa Intersectorial, que impulsa la SEREMI, la psicóloga del Centro de Investigación Sicosocial e Intervención de Psicología, CEINPSI de la Universidad de Tarapacá (UTA), Carolina Suazo, planteó la importancia de la jornada desde el punto de vista de contar con un diagnóstico base surgido a partir de comunidades que comparten la edad y escolaridad de la población objetivo.

“Estamos reunidos para iniciar un diagnóstico de cómo las campañas de la SEREMI tienen un impacto o no, en los jóvenes y la población a la que va dirigida. Desde nuestro rol como integrante en la Mesa Intersectorial, apoyamos la actividad, tanto en la formulación como en la implementación de estrategias para informar sobre la prevención del suicidio”, comentó la profesional.

Agregó que “esperamos tener un trabajo colaborativo de largo aliento, estos espacios en la salud universitaria son espacios muy importantes en la prevención del suicidio y la salud mental; trabajamos con población estudiantil de 18 años en adelante y también con cupos para población externa, y las principales problemáticas que hemos abordado son el estrés, la ansiedad, víctimas de politraumatización, traumas complejos, consumo de drogas, trastornos de personalidad que son factores de riesgo en inciden en fenómenos de suicidabilidad”, detalló la psicóloga.
“Tenemos la voz de los jóvenes”.

Positivo fue conocer las voces juveniles que desde una base común en cuanto a similitud de edades, problemáticas adolescentes, canales de información a utilizar, pueden contribuir como segmento autorizado a enriquecer y fortalecer las campañas preventivas haciendo tangible la importancia de la participación social de los jóvenes en procesos que les son significativos y pertinentes.

Victoria Cullen, estudiante 4 medio de Colegio Andino, explicó el aporte de los jóvenes en las campañas sanitarias de salud mental. “Es positivo estar en esta jornada como jóvenes, y es que conocemos nuestros problemas, lo que nos agobia, hablamos entre nosotros, y entendemos y comprendemos problemas por lo que están pasando otras personas de nuestras edades, y que para a lo mejor para los adultos, no son tan importantes, y tenemos esa sensibilidad por que a lo mejor hemos tenido el mismo problema, a lo mejor no al punto de aquella persona que no ve más salida que el suicidio, sin embargo, comprendemos su situación y eso genera una mayor cercanía”.

Enddimar Basave, alumna de octavo básico de la Escuela América, comentó que ayudar e interpretar necesidades es fundamental en campañas de prevención: “Dar apoyo a mis compañeros para que puedan expresar sus ideas; es clave”.

Annette González, alumna del tercero medio del Liceo Bicentenario Pablo Neruda, enfatizó el rol de la empatía, la capacidad humana para colocarse en los zapatos del otro, y en definitiva contribuir a ayudar. “Nosotros sabemos del entorno y comprendemos más, lo que están viviendo niños y adolescentes de nuestras edades. Podemos darles, ese apoyo que ellos merecen, con empatía, y ayudarles a buscar apoyo con ese alguien significativo en quien confían, con psicólogos, con profesores. Podemos gestionar el apoyo. Tenemos la voz de los jóvenes que necesitan buscar apoyo, y los recursos para ser ayudados, sabemos cómo se van a sentir identificados para buscar de mejor manera esos apoyos”.

Finalmente, Anylu Castro, octavo básico de Escuela Regimiento Rancagua, también quiso compartir la experiencia en el trabajo de taller y de cómo amplificar los mensajes claves de la prevención. “Lo más importante, informemos a nuestros grupos; usemos más memoria visual, que sea persistente en el tiempo, recordando esta ayuda, por promoción a través de las redes sociales, hacer disponible toda la información de prevención del suicidio existente a nuestros distintos grupos y comunidades”.

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